Vermús navideños en La Laurel

Lun, 30/12/2019

Más allá de los pinchos, de la exquisita gastronomía riojana, de la variedad de vinos que podemos encontrar y del chiquiteo que se comparte entre generaciones de logroñeses, más allá de todo eso, La Laurel es una seña de identidad.

La calle Laurel y sus aledañas conforman una ruta imprescindible para turistas y locales en cualquier época del año, pero cobra especial relevancia en Navidad. Su ubicación en pleno casco histórico de la ciudad convierte sus inmediaciones en una perfecta representación del ambiente de la capital de La Rioja, de su cultura y sus gentes. Punto de encuentro de familiares que se reúnen antes de las celebraciones hogareñas, de amigos que tuvieron que emigrar y regresan para cenar en Nochebuena, de curiosos visitantes de todas partes del mundo y de los vecinos de siempre, también. Sea cual fuere la causa por la que alguien se encuentra en Logroño en diciembre, pasará al menos un par de veces por La Laurel antes de que la rutina le obligue a volver.

La tradición de este enclave en Navidades gira en torno al vermú, que más que una bebida de mediodía, es un rito. De hecho, rara vez es vermú lo que se bebe entre sus bares. El concepto de vermú en Logroño no es otro que el encontrarse, reunir a la familia, a los grupos de primos o a las cuadrillas, en muchos casos, por primera vez en todo el año. Con la excusa de verse o de felicitarse las fiestas, se degusta algo más que la compañía. A saber: el pincho favorito de cada uno o la apuesta gastronómica del momento. Los hay que aun en invierno brindan con blanco semidulce, bien fresco, o que prefieren maridar la cazuelita de bacalao a la riojana con el caldo casero que disponen en estas fechas todos los bares y locales. Sobre maridajes no hay nada escrito, o sí, pero el vermú es libre, y los gustos también.

Los hosteleros, conscientes de la tradición y perpetuando las buenas costumbres, amplían el horario de sus establecimientos para invitar a quien lo desee a disfrutar del ambiente. Así, la noción de vermú puede ser de vino o de mosto, dulce o salado, en interior o en la calle, puede empezar a las 12:00 o tres horas después, porque cuando se está a gusto el tiempo es relativo y la temperatura también. Lo que es irrefutable, y basta un paseo por allí para descubrirlo, es que La Laurel es un lugar con cierta magia bajo las luces navideñas; repleta de historia, y de historias.